Creo que muchos de nosotros siempre hemos sabido que la familia nos condiciona en cierta medida, pero creo que no hemos llegado a entender el alcance de esto.
Cómo manera de relacionarnos y afrontar los problemas en la vida, vienen condicionados por la relación que hayas tenido con tus padres.
Historia del nacimiento
Os voy a contar una historia , que me contaron a mí hace unas semanas sobre esto.
Erase una vez TÚ dentro de mamá, eres un bebe y en este lugar estas de maravilla, imaginaros estar en un resort 5 estrellas todo incluido y sin tener que hacer nada.
No tienes que preocuparte por nada, no existe el hambre, ni el frío, ni el dolor, ni la interacción con nadie.
Te hayas sumergido en un estado de dilución con el TODO, es el estado de máxima felicidad.
Pero llega el momento de nacer y ya desde ese momento empiezas a sufrir.
Este es un momento traumático para todos nosotros que se nos queda en el inconsciente.
Imaginar lo que es quedarse sin todo eso que teníamos antes, un shock, no entendemos muy bien lo que ha pasado y nadie nos lo puede explicar.
Ya han pasado unos meses y empiezas a tener consciencia de tu cuerpo, descubres que has pasado de ser uno a ser dos y todas las necesidades que empiezas a sentir.
Aunque ahí está Mamá para darte todo lo que necesites.
Está será una de tus primeras protecciones, más adelante lo serán tu ego, tu padre, etc., según las necesidades que vayas teniendo iras creando más.
Y por fin comienza tu vida y tu relación con los demás desde todas estas capas de protección que has ido creando.
El problema está cuando las utilizamos mal y hacen que lo que eres en esencia, cada vez quede más lejos.
Os lo explico un poco mejor, en nuestras vidas sucede lo siguiente, cuando estamos creciendo nos vemos condicionados por nuestros padres que son los que forman nuestro mundo.
Sobre todo por la persona que realiza la función de madre, que es la que nos nutre y nos protege desde pequeños.
Con el paso del tiempo y nuestra interacción con el mundo, nos vamos creando más capas protectoras para no sentir dolor, vergüenza, baja autoestima etc.
Todo esto hace que no seamos capaces de desenvolvernos en nuestras vidas sin ellas.
Hemos aprendido desde que nacemos que Máma y Papá estarán ahí para protegernos y no hemos sido capaces de salir ahí fuera a relacionarnos desde nuestra esencia, porque tampoco nos han dicho como.
Y llega un momento en todo te ha condicionado tanto que tú ya no eres TÚ.
Pero no se trata de eliminar estas capas de protección, sino de saber utilizarlas correctamente.
Como no hemos resuelto estos límites con nosotros mismos, volvemos a repetirlo condicionando así a nuestros hijos.
Muchos de vosotros entonces diréis, ¿Qué puedo hacer? Está claro que nuestra función como padres es la de proteger y educar
Pero también lo es la de ser capaces de ver qué cosas nos limitan y condicionan a nosotros como seres individuales, para que influyan lo menos posible en nuestros hijos.
Si ya se lo que estáis pensando, ¡eso es imposible!…hombre yo no diría eso, lo que si diría es que conlleva un trabajo que debemos de hacer con nosotros mismos y así poder enfrentarnos a nuestros miedos.
Reflexiones
La mejor forma para esto es la de tomar CONCIENCIA , nada fácil por cierto ya que lo realizamos de una manera inconsciente, pero nada es IMPOSIBLE.
Por experiencia os digo que es importante conocerse a uno mismo y asumir donde tenemos esos límites que nos condicionan.
Es importante entender la individualidad de nuestros hijos como seres independientes de nosotros y sobre todo que se van a equivocar.
También os digo que es un trabajo de todos los días, con uno mismo, habrá días que estés mejor y otros peor.
Por lo tanto siempre hay que tener en mente que el objetivo eres TÚ, esta es tu mayor motivación, porque si tu estas bien los que te rodean lo estarán también.
Esta vida es un aprendizaje continuo para todos, si lo es para nosotros como padres, como no lo va a ser para nuestros hijos?
Tendríamos que ser capaces de dejar que se equivoquen, algo complicado lo sé, pero entender que ya hemos trabajado con ellos todos esos años cuando estaban creciendo.
Ahora se trata de ser siempre para ellos un pilar de seguridad, al cual siempre puedan acudir en caso de necesidad y asesoramiento.
No un lugar de recriminación, juicios etc., porque lo que estamos haciendo con esto es volcar nuestras frustraciones con ellos.

Y os preguntáis, ¿Es tarde? ¿Ya no puedo hacer nada?…por supuesto que puedes hacer, SIEMPRE hay tiempo para hacer.
Por lo tanto os animo a hacer un pequeño ejercicio, pensar en esto.
¿Por qué quiero que mi hijo haga algo de una determinada forma? ¿Suelo escuchar lo que me dice y lo valoro?
Es importante tener la mente abierta para poder romper con las estructuras que nos limitan, y así poder hacerlas más conscientes y mejorarlas.
Hola Estefanía. Un artículo muy interesante. Un saludo